ELE y estudiantes ciegos: “Be my eyes”

Quizás uno de los retos más importantes que he tenido este año como profesor de ELE en el departamento de español de la Universidad de Jean-Jaurès ha sido el de dar clase a estudiantes ciegos o con deficiencias visuales.  Sin duda alguna, no somos conscientes de las barreras que contiene un manual tradicional ni de los cambios necesarios que debemos realizar en la planificación de nuestras sesiones hasta que no nos encontramos a un estudiante con este perfil en nuestras clases. Son muchas las preguntas que a día de hoy me planteo: ¿qué materiales utilizar? ¿Cómo integrar a este tipo de estudiantes con el resto de compañeros? ¿Qué necesidades específicas tienen en una clase de lenguas extranjeras? A continuación os presento los dos casos que tuve:

  • Estudiante con deficiencia visual en curso de comprensión oral

Estudiante  de 1º de LEA (Langues Étrangères Appliquées) en un curso de comprensión oral. La asignatura consistía en la visualización de un episodio de la famosa serie española “Siete Vidas” dividida en secuencias. Cada secuencia disponía de un test con diversBraileas preguntas de comprensión que los alumnos contestaban en casa y que luego corregíamos en el aula.

¿Cómo analizar un material audiovisual si poder verlo? ¿Cómo leer y responder las preguntas del cuestionario colgado en la plataforma universitaria? En este caso las TIC tuvieron un papel fundamental para que el alumno pudiera seguir con cierta normalidad este curso. El propio estudiante venía equipado con un pequeño dispositivo con entrada USB donde tenía guardados todos los test y las transcripciones de las secuencias que analizábamos en clase. Este aparato transformaba en braile todo el material escrito lo que le permitía llevar a cabo todas las tareas.

  • Estudiante ciego en curso de B1

En la universidad se ofrecen cursos generales de español para especialistas de otras disciplinas y que se engloban en lo que en Francia se denomina LANSAD. Por lo general, en estos cursos seguimos los manuales de “Aula internacional” de la editorial de Difusión.Braile tacto

Tras hablar con el estudiante, me puse en contacto con el servicio de traducción en braile de la universidad.  Estos me pidieron que les enviase todo el material que iba a utilizar en el semestre. Sin embargo, cuando recibieron todos los recursos me respondieron que era imposible traducirlo ya que el material contenía demasiadas imágenes y tablas. Además,  el software que utilizaban no reconocía documentos escaneados y solo podía traducir archivos en formato doc. La propia editorial tampoco pudo ofrecerme material adaptado a estudiantes con discapacidades visuales.

A diferencia del primer caso, las características del curso y la falta de materiales en braile impidieron que este alumno pudiera seguir como el resto de compañeros la asignatura. Un curso, por otro lado, bastante cargado de contenidos que debemos ver en un tiempo muy limitado y que hace que el ritmo sea a veces frenético. Aquí os dejo algunas de las preguntas que se me platearon en ese momento:

  • ¿Cómo trabajar con un estudiante ciego la expresión escrita y la comprensión lectora?
  • ¿Qué hacer con el material que se presenta en la pizarra o los ejercicios basados en imágenes?
  • ¿Cómo evaluar a estudiantes ciegos si no tienen acceso al mismo material que el resto de alumnos?

Ana Villoslada (2011) defiende en su memoria sobre ELE a estudiantes con deficiencia visual o ceguera la necesidad de adoptar estrategias metodológicas y actividades donde la visión no sea el único canal de percepción que participe en el aula. Villoslada aboga por emplear los principios de la didáctica multisensorial unida a las diferentes inteligencias donde participen otrBe my eyes 2os sentidos como el auditivo y del tacto para enseñar contenidos. Entre sus propuestas está la creación de plataformas en línea para que el alumno ciego realice actividades de comprensión lectora y expresión escrita o la sustitución de imágenes por input auditivo. Ella misma propone un modelo de secuenciación adaptado para alumnos  de A1 del DELE.

Una herramienta con un gran potencial para transformar en palabras las imágenes y textos del libro puede ser la aplicación “Be My Eyes”.  Este recurso es una red social que conecta a voluntarios con personas invidentes que necesitan ayuda puntual como ver la fecha de caducidad de un alimento o leer un cartel. El voluntario recibe un mensaje o una videollamada que le permite establecer contacto con la persona ciega. Una aplicación muy útiBe my eyes picl que ya ayuda a miles de personas.

A nivel educativo, esta herramienta tiene muchas posibilidades. Por ejemplo, se podría utilizar en casa para que un voluntario nativo pueda leer una actividad o un fragmento de texto en español o si el estudiante en cuestión todavía no sabe leer braile. También podría servir para escoger imágenes desde el ordenador para una presentación de clase o preparar una actividad en la que aparecen fotografías. ¿Qué otras ideas se os ocurren? ¿Habéis trabajado con alumnos ciegos? ¿Qué recursos utilizasteis?

Test Drive: Edmodo

Después de un merecido verano estamos de vuelta y con resultados en mano. Uno de nuestros últimos posts Claves para crear una comunidad de aprendizaje con una red social se enfocaba en dos aspectos fundamentalmente: las posibilidades que estos entornos digitales ofrecen en términos de potencial comunicativo para la confraternización entre alumnos y las ventajas y desventajas de las plataformas para alcanzar estos objetivos.

EdmodoDicen que para hablar tienes que saber y para saber hay que probar ¿no? Bueno pues eso es lo que hemos hecho con Edmodo, una de las plataformas específicamente diseñada para la educación, que hemos utilizado durante 5 meses. Aquí van algunas de nuestras impresiones:

  • Conectabilidad. Es una plataforma gratuita cuyo layout se parece “mucho” por no decir demasiado a Facebook de modo que se convierte en una herramienta muy intuitiva para la mayoría de nuestros alumnos. A esta plataforma se puede acceder desde cualquier dispositivo y si tenemos un tablet o un smartphone podremos descargarnos gratuitamente la app a través de la que recibiremos notificaciones y podremos participar activamente.
  • Comunicación. Desde el punto de vista del docente, podemos subir tantos archivos cuantos queramos (hipervínculos, carpetas, fotos, audio y video) almacenarlos en carpetas y subcarpetas (si fuese necesario) y decidir qué grupos de alumnos pueden visualizar esos contenidos. Sin embargo, no está habilitado el uso de hashtags o etiquetas. Los alumnos también podrán subir toda esa tipología de archivos sólo que no serán almacenados en la biblioteca del grupo. La comunicación entre los alumnos surgirá a partir de los contenidos publicados en el grupo, ya sea por parte del profesor o de los alumnos en forma de comentarios o posts relacionados.
  • Seguridad. En un perfil de profesor de Edmodo pueden incluirse tantos grupos de alumnos como se necesite y en cada uno de ellos un número ilimitado de ellos. Para que los alumnos accedan a nuestro grupo necesitarán un código de seguridad al que sólo el profesor tiene acceso. Si los alumnos son menores de edad, los padres también pueden crear una cuenta que les permite acceder al grupo sin participar en él.
  • Creación de contenidos. A través de Edmodo se puede acceder a diferentes aplicaciones que permiten el trabajo colaborativo. Algunas de estas apps han sido creadas específicamente para Edmodo y otras simplemente permiten importar los grupos de Edmodo sin necesidad de crear usuarios. La mayoría son gratuitas y, a pesar de que algunas están destinadas para estudiantes de primaria o secundaria del sistema educativo estadounidense, pueden aplicarse en otros contextos. Además de estas apps podemos también sincronizar nuestra cuenta Edmodo con nuestro Google Docs.
  • Resolución de problemas. Este ambiente de aprendizaje no es tan conocido como Moodle, pero cada vez son más las escuelas estadounidenses que trabajan con ella por la seguridad que brinda a sus participantes. Como usuaria e integradora de esta herramienta en la escuela en la que trabajo puedo decir que el resto de profesores no han tenido especial dificultad con la herramienta y que a pesar de tener ciertas limitaciones no han surgido problemas técnicos que no se hayan podido resolver mediante colaboración o asistencia técnica de Edmodo (muy eficiente y rápida).
  • Aceptación y uso por parte del alumnado. Dado que los los alumnos van desde los 12 años hasta el infinito y más allá ha habido diferentes reacciones con respecto a la aplicación. Pero se puede decir que el interés inicial fue alto (entorno a un 75% de los alumnos) abrazó positivamente la integración de Edmodo.

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Las metas propuestas para este Test Drive de Edmodo eran:

a) fomentar la comunicación en la LE, b) establecer vínculos más fuertes con los compañeros compartiendo intereses comunes, c) proveer a los alumnos de más input en la LE a través de archivos en diversos formatos adaptados al nivel y a los intereses del grupo y d) eliminar el papel (físicamente hablando, hojas de papel).

Las metas a, b, c & d han sido alcanzadas con bastante facilidad a pesar de nuestra sorpresa pero a medida que ha ido pasando el tiempo el porcentaje de posts o comentarios por parte de los alumnos ha disminuido significativamente. En cuanto a la meta c, se puede decir que la interacción entre los alumnos ha sido muy baja. Para contrarrestar esta falta de participación “voluntaria” estamos utilizando las insignias (que el propio Edmodo ofrece) premiando a aquellos alumnos que son más activos pero no parece funcionar demasiado. ¿Qué más podríamos hacer? ¿Cómo atraer de nuevo la atención de nuestros alumnos?

Blog Hop Project o cómo crear vínculos con otros blogueros del mundo

Soy consciente que quizás esta entrada no esté en completa sintonía con la temática del blog. Por eso quiero pedir perdón de antemano. No obstante, no voy a hablar de lo bien que jugó España en su primer partido del Mundial ni tampoco de la abdicación del Rey. Esta entrada va a tratar de algo mucho más importante: escritura colaborativa y de un proyecto internacional llamado Blog Hop Project. ¿Qué no lo conoces? Pues yo tampoco, hasta que hace una semana mi compañero Ricardo Morillas, antiguo compañero de la universidad, me lo explicó y me animó a participar.

ImagenBlog Hop Project se trata de una iniciativa  en la que blogueros de todo el mundo explican cuál es su proceso de escritura en sus respectivos blogs respondiendo a unas preguntas. Un magnífico proyecto para  no solo reflexionar sobre qué hacemos y por qué lo hacemos sino también para conectar con otros blogueros del mundo y ampliar así nuestros vínculos. ¡Fabuloso!

En la entrada de Ricardo en su blog El Rincón del Profe de ELE, un excelente portal ya consolidado para estar informado de las últimas noticias relacionadas con la enseñanza del español para extranjeros, se puede leer mi invitación al proyecto.

1. ¿Sobre qué estoy escribiendo actualmente?

Think en TIC es un blog escrito a cuatro manos entre Janire Ortega y yo mismo. En mi caso, el tema que selecciono para mis entradas depende mucho de las noticias que leo cada semana. No obstante, los temas que más me interesan suelen estar relacionados con el uso de los dispositivos móviles en la enseñanza de lenguas, las redes sociales y la gestión de comunidades de aprendizaje. No obstante, estamos pensando en preguntar a los lectores a través de nuestro grupo de Facebook qué temas les interesa más para así aumentar la interacción con ellos. ¡Esta última idea nos encanta!

2. ¿En qué difiere mi escritura de la de otros que desarrollan el mismo género?

Mi proceso de escritura es bastante académico. Es algo que creo necesito corregir puesto que no es lo mismo escribir un trabajo para la universidad que una entrada en un blog. ¡Pero estamos aprendiendo! No obstante, intento siempre ponerme en el lugar de un profesor que no tiene ni idea de tecnologías pero que se siente atraído por aplicarlas en sus clases. A diferencia de otros blogs, mi escritura creo que es cercana, con definiciones de terminología y enlaces a vídeos y otras páginas de referencia para aclarar conceptos.

3. ¿Por qué escribo lo que escribo?

Escribo por varias razones. En primer lugar, es una excusa perfecta para estar al tanto de lo que ocurre en el ámbito tecnológico aplicado a la educación, un tema que me apasiona y que evoluciona constantemente. Además, queríamos tomar un papel proactivo en el debate que se genera en torno a este ámbito ofreciendo nuestras ideas y reflexiones. Crecer es compartir. Finalmente, Janire y yo fuimos un equipo perfecto durante nuestro máster y, aunque ahora vivimos en países distintos, creemos que nuestra magia no podía desaparecer por unos cuantos kilómetros.

4. ¿Cómo es mi proceso de escritura?

Como todo proceso creativo, es bastante caótico: tomo notas en hojas de papel, guardo links en mi marcador de páginas, siempre tengo mil pestañas abiertas. Hasta estructurar mis ideas necesito tiempo. Pocas veces escribo una entrada del tirón y necesito al menos dos o tres días para tener un borrador decente. Cuando lo acabo, cuelgo el documento en una carpeta compartida en Google Drive. Ahí, mi compañera Janire lo lee, corrige errores ortográficos, agrega ideas y hace comentarios. Al tener estilos distintos de escritura, dejamos a cada uno la libertad de agregar los comentarios hechos por el compañero y modificar el texto a su manera. El resultado final es un texto escrito por una persona pero pensado por dos.

¡Cómo me enrollo! Bueno, antes de acabar os quiero presentar y pasar el testigo a las próximas tres blogueras que darán continuidad a este proyecto. ¡Gracias por animaros a participar y uniros a este movimiento!

 

ImagenElisabeth Torres

Es periodista, correctora y gestora de proyectos culturales. Actualmente está trabajando en Bayona (Francia) lugar donde cumple su Voluntariado Europeo en el área de cultura de la universidad. Una excelente trabajadora grande en corazón pero pequeña de tamaño. Le encanta hacerse fotos con todo tipo de objetos más grandes que ella (algo poco complicado considerando su estatura). Amiga fiel, vecina de lo alto de la calle y señorita amante de lo friki. Este es su blog:  http://lahachesemuda.wordpress.com/

ImagenMerche Maldonado 

Tiene tres grandes pasiones: hacer reír a la gente, el cine y escribir. Desde hace ya tiempo trabaja como coach personal ayudando a mejorar nuestro bienestar mental, aunque luego ella esté como una cabra. Recientemente se ha formado en el campo de la meditación un ámbito que a ambos nos apasiona. Le encanta los animales y su dulzura va más allá de los riquísimos pasteles que hacen en el negocio de su familia. Este es su blog: http://blog.merchemaldonado.es/

 Imagen Giulia Faraguna

Antigua compañera de clase en la Universidad de Málaga. Se dedica a la traducción, la interpretación y, en realidad, a cualquier profesión donde intervengan las lenguas. De origen italiano, tiene el corazón español, su cuerpo en Alemania y su mente en el mundo. Tiene muchísima iniciativa y es la persona ideal para tomar un café y hablar de cualquier tema durante horas. Junto con otra compañera fundaron Traveling Translations. Este es su blog:  http://travelingtranslations.com/en/c/blog/

Claves para crear una comunidad de aprendizaje con una red social

Una comunidad virtual de aprendizaje es un entorno digital en el que las personas se reúnen para hablar y compartir información con el fin de poder aprender y desarrollarse a nivel personal o profesional. Una plaza digital en la que podemos debatir, comentar, colaborar y por supuesto criticar y analizar desde el sofá de nuestras casas o la cafetería de la esquina.

Una de las ventajas más importantes de estas comunidades es su potencial comunicativo que las convierte en un espacio ideal para utilizar en la educación. Entre los usos más expandidos está el de crear foros de discusión. Pensemos, por ejemplo, en una clase universitaria con un grupo de 80 alumnos. Ante un debate, lo más común en este tipo de situaciones es que aquellos estudiantes más lanzados sean los que participen activamente y los más retraídos se limiten a escuchar. Estas comunidades nos permiten ampliar el aula física expandiendo sus horizontes y abrir nuevas posibilidades de intervención a aquellos que por timidez no se atreven a participar pero que también tienen algo que decir.

No obstante, la idea de comunidad  no se limita a una mera participación en un foro de discusión. Va mucho más allá. ¿Se conocen todos los alumnos de tu clase? “¿Quién dijo eso?” ¿Cómo se llama el qué habló?” “¿Qué quiere decir el que levantó la mano?” son preguntas frecuentes en aulas con muchos alumnos. Este recurso se convierte en una herramienta idónea para confraternizar y establecer nexos y vínculos con otras personas con la que podemos llegar a compartir intereses comunes y emprender nuevos proyectos. De este modo, la comunidad no es solo un lugar de encuentro entre profesor-estudiante, sino también entre alumno-alumno y, lo que puede resultar muy interesante, alumno y otros profesores y/o interesados en el tema de aprendizaje de la comunidad externos a la clase.

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K Whiteford. Public Domain Pictures

Sí, en los últimos años parece que lo de las comunidades está de moda pero, ¿cómo se crean? Lo más cómodo  es utilizar las redes sociales por varias razones: son interactivas, permiten compartir contenidos y contactar a otras personas y, por lo general, son fáciles de crear.  Las hay de dos tipos:

Redes sociales generalistas (Twitter, Facebook, Pinterest, Instagram)

Ventaja: muchos de tus estudiantes ya las conocen y las utilizan.

Desventajas: la gran cantidad de datos. Pongamos el ejemplo de Twitter. En nuestra línea de tiempo nos aparecerá mucha información que no estará relacionada con la temática de nuestro curso y que no distraerá de nuestros objetivos didácticos. Es lo que denominamos ruido. Además, será difícil gestionar nuestros recursos ya que no son redes destinadas específicamente a la educación.

Redes sociales específicas (Edmodo o Ning)

Ventaja: están destinadas a la educación y por tanto teóricamente mejor preparadas para gestionar documentos y colaborar virtualmente.

Desventajas:

Necesitamos a personal técnico en nuestro centro capaz de instalarlas, mantenerlas y configurarlas correctamente.

Podemos usarlas gratuitamente aunque también en ocasiones hay que pagar por almacenar los recursos en la nube.

Tanto nosotros como los alumnos nos podemos cansar de crear cuentas nuevas en redes novedosas que no utilizamos cotidianamente.

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kropekk_pl. Pixabay

Como vemos la elección no parece fácil. La dificultad radica en encontrar la red más adecuada que satisfaga nuestras necesidades y que nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos didácticos. Entre algunas cuestiones que debemos plantearnos a la hora de seleccionar nuestra red social para crear una comunidad están las siguientes:

  1. Información

¿Podemos subir y almacenar documentos? ¿Podemos localizar esos documentos fácilmente? ¿Hacer búsquedas? ¿Podemos organizar y clasificar la información en categorías, etiquetas o hashtags?

  1. Comunicación

¿Podemos conseguir una sensación de comunidad con su uso? ¿Cuántos miembros podemos incluir en nuestra comunidad? ¿Cómo pueden los miembros de la comunidad interactuar entre ellos? ¿Por chat, videoconferencia, mensajes escritos, vídeo? ¿Cómo sabemos que un miembro ha participado? ¿Se reciben notificaciones?

  1. Creación de contenidos

¿Permite crear o editar textos, imágenes, videos? ¿Permite el trabajo colaborativo con otras herramientas? ¿Es compatible con otras tecnologías?

  1. Seguridad

¿Qué restricciones hay en los términos de uso? ¿Protege nuestros datos personales como usuario?

  1. Resolución de problemas

¿Es una herramienta conocida por nuestros alumnos? ¿Y por mí? ¿Necesitan la ayuda de un tutorial para registrarse?¿Qué problemas técnicos pueden aparecer? ¿Dónde puedo resolverlos?

Feedback inmediato al alcance de tu mano

Si huimos de las clásicas preguntas “¿alguna duda?”,“¿queda claro?” y “¿me habéis entendido?” cuyas respuestas son más que de dudosa fiabilidad y que además no garantizan aprendizaje ninguno, nos quedarían otras dos opciones:

  1. pedir que alguno de nuestros alumnos trate de resumir con sus propias palabras lo que acabamos de presentar, mientras que el resto de los compañeros puede o no haberlo entendido o
  2. realizar pruebas con alta periodicidad para que un pequeño problema no se convierta en una bola de nieve gigante. ¿Consecuencias? Ciao plan curricular y bienvenidos  a la corrección contrarreloj, además de que nuestros alumnos van a sentirse bajo una presión innecesaria y que nuestra carga de trabajo se multiplicaría sustancialmente.

¡Followers, tenemos buenas noticias y os lo contamos de primera mano!

Hemos probado durante este semestre lo que se conoce como sistema de Real Time Testing. Se trata de un software y hardware de obtención de datos que se presenta a través de un programa para presentaciones (Power Point de Microsoft Office) y que nos permite comprobar a través de preguntas y

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En acción

respuestas de elección múltiple si nuestros alumnos saben poner en práctica un contenido determinado. Lo genial de este sistema es que es el propio docente quién elabora las preguntas y las respuestas y quién decide también cuánto tiempo tienen los alumnos para responderlas 20 o 30 segundos. Para cada pregunta necesitaremos una diapositiva y en ella podremos incluir imágenes para contextualizar nuestras cuestiones. Para elaborar nuestras presentaciones, no se necesita formación específica, pero al igual que cuando compramos un nuevo electrodoméstico tenemos que leer las instrucciones y con un poco de práctica nos moveremos con más facilidad y más rápido.

Lo ideal para este tipo de test es que no tenga más de 12 diapositivas, lo que nos lleva aproximadamente unos 5-6 minutos de clase. Este sistema es rápido y eficaz y nos ofrece resultados individuales, grupales, por cuestión y evolución individual y todo de forma interactiva y divertida, ¡como si nuestros alumnos estuviesen en un programa de TV!

Existen varias marcas en el mercado que ofrecen dispositivos para realizar evaluaciones en tiempo real, y que realizan un tratamiento de datos similar pero el que nosotros hemos comprobado se llama Turning Point, de Turning Techonologies y no tenemos ninguna duda de que es efectivo, intuitivo y que nuestros alumnos lo adoran. El dispositivo consta de un pendrive receptor y de un control remoto para cada uno de nuestros alumnos. El sistema Turning Point se sincroniza con el programa de Power Point desde el que podremos, crear grupos  y asignar los controles remotos para cada uno de nuestros alumnos (un mismo mando puede usarse con diferentes alumnos siempre que no estén en el mismo grupo) y para ponerlo en funcionamiento necesitaremos un ordenador y un proyector.

Turning Point Home

Turning Point Home

Los datos obtenidos de cada presentación se almacenan en el software del programa a través del que podremos analizar las respuestas. En cuanto a las presentaciones pueden  usarse de nuevo siempre que se almacenen los datos en otro archivo evitando así que se mezclen los resultados de dos grupos, nada diferente de cualquier otro programa ¿no?

Conclusión si en el centro para el que trabajáis están abiertos a nuevas propuestas y cuentan con recursos para adquirir uno de estos sistemas, no lo dudéis, son todo un éxito. En cuanto a precios, estos dispositivos son bastante

Turning Point Hardware

Turning Point Hardware

accesibles ya que el receptor cuesta unos 200€ y cada control/tarjeta para los alumnos unos 30€ si se compran individualmente. Los packs son siempre más económicos pero para saber precios concretos es necesario en ponerse en contacto con el distribuidor de vuestra zona.

Aqui os dejamos un video que presenta las ventajas y opciones que Turning Technologies ofrece al integrar un sistema de RTT en nuestra aula.

“El chico come la manzana”: la realidad de las aplicaciones de aprendizaje de lenguas

Hasta hace solo unos años lo más interesante que podíamos hacer con nuestro móvil, además de llamar y mandar mensajes de texto, era cambiar nuestro tono con la melodía que más nos gustaba. En muy poco tiempo hemos visto evolucionar nuestros dispositivos móviles hasta el punto de convertirse en pequeñas computadoras portátiles multifuncionales con las que hacer fotos, grabar videos, mandar mensajes, localizar un local o navegar en Internet. Vivimos en un mundo hiperconectado donde existe una aplicación para casi todo. Hasta aplicaciones que nos dicen si estamos enganchados a nuestro teléfono. Por supuesto, desde el móvil.

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En el ámbito de la enseñanza de lenguas, estas aplicaciones no han parado de proliferar en el mercado: Duolingo, Rosetta Stone, Busuu o Babbel son tan solo unos ejemplos que parecen tener un éxito imparable. Y es que la tecnología ha cambiado no solo la forma en la que interactuamos con el resto del mundo sino también el acceso a la educación. Un smartphone parece ser suficiente para poder aprender en cualquier lugar donde tengamos una conexión fiable a Internet. Pero ¿podemos realmente dominar una lengua online?

Esta es la pregunta que se ha formulado desde el periódico inglés The Guardian en su sección “The case for language learning” para la cual han invitado a tres personas a aprender una lengua durante seis semanas a través de diversos medios online: Rosetta Stone, Duolingo y un tutor por Skype.  Aunque los resultados del experimento todavía no han sido publicados, ya podemos leer algunas reflexiones muy interesantes de estos usuarios.

“I like the built-in gamification, like the three ‘hearts’ you get to complete each lesson, meaning you get three chances to submit a wrong answer in each lesson before you fail and have to start over” –comenta Alan Haburchak en su primera semana aprendiendo español con Duolingo. Y es que la aplicación parece destacar por intentar hacer el aprendizaje menos aburrido mediante imágenes y convirtiendo todo el proceso en un juego. Sin embargo, a medida que van pasando las semanas su motivación va disminuyendo y empieza a dudar si realmente puede aprender una lengua solo a través de la aplicación.

Para quien no conozca todavía Duolingo, se trata de una herramienta donde los usuarios aprenden lenguas a partir de la traducción de textos que posteriormente son vendidos a otras empresas. A cambio, usar la aplicación es gratis. “Duolingo: la forma de aprender idiomas existe y es gratuita”. Parece como si los desarrolladores de este tipo de aplicaciones quisieran convencer al usuario de que seguir su método les ayudará a aprender una lengua de una forma fácil y más divertida. La realidad es que o te gusta traducir o abandonas el juego. A pesar del intento de mostrar credibilidad en su producto, parece que en el fondo lo que hay es un interés por venderlo y sacar beneficio. “Fácil, divertido y gratis” quizás sea el mejor titular para estudiantes cansados de clases tradicionales y sin motivación. Pero, ¿realmente funciona traducir frases de una lengua a otra?

Por lo general, las teorías de aprendizaje de lenguas no parecen importar mucho a los desarrolladores de estas aplicaciones.  “¿Para qué seguir filosofías que se contradicen?”. Y es que rara vez muestran información sobre qué teoría de enseñanza aplican. Quizás piensen que los usuarios no están interesados o simplemente que es aburrido explicarlo. Sin embargo, cuando nos detenemos y analizamos algunas de sus actividades descubrimos que la mayoría de ellas se basan en modelos de aprendizaje ya desfasados. “El chico come la manzana”  ¿Qué sentido tiene traducir frases descontextualizadas y poco naturales? ¿Qué tipo de frases estoy traduciendo? ¿Con qué objetivo? ¡Y qué manía con la manzana!

Duolingo ejemplo

No me extraña que nuestro amigo Alan empiece a verle las orejas al lobo y eche de menos una persona que le ayude con su español. Vocabulario descontextualizado, ejercicios rellena huecos o multirespuesta no son los mejores alicientes para aprender ninguna lengua. Ejercicios basados en la transmisión de información a través de la repetición de frases hasta morir de aburrimiento donde el alumno no tiene nada que decir, reflexionar y menos que aportar en su propio aprendizaje. Ese profesor con regla en mano escondido en el móvil que nos castiga si no acertamos la respuesta o nos premia con una cara sonriente si le traducimos bien la frase.

Como vemos, a pesar de todas las posibilidades que nos ofrece un artefacto creado esencialmente para la comunicación, las aplicaciones de lenguas móviles desconocen todavía el factor comunicativo. Quizás lo fundamental es que estas herramientas ofrecieran actividades significativas y reales donde el usuario pudiera interactuar con otros aprendices para la resolución de los ejercicios. No obstante, parece encaminarse un interés por agregar foros de discusión y chats en los que el usuario pueda conectar con otros aprendices de una comunidad y recibir un feedback que la máquina todavía no es capaz de prever (por el momento las máquinas no hablan, al menos como un humano). Además, personalizar los contenidos y mostrar estrategias de aprendizaje podría ser de gran utilidad. Por el momento, tendremos que seguir comiendo manzanas.

 

Te busco, no te encuentro y me pierdo…

Y ahora te estarás preguntando: ¿Pero esto no era un blog sobre tecnología y educación?  Sí, sí, todavía no nos hemos vuelto locos. De hecho, esto es tan sólo una forma bonita de relatar lo que nos pasa muchas veces cuando nos disponemos a realizar una búsqueda en internet. El objetivo parece claro cuando comenzamos a googlear pero una cosa nos lleva a la otra y puff… ¿Qué es lo que estaba buscando?

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El problema no sólo nos atinge a nosotros, nuestros alumnos born digital también sufren las consecuencias de búsquedas sin fin y que se alejan del objetivo inicial.  Para llegar a buen puerto, los expertos afirman que sería necesario establecer un “patrón de búsqueda”. Con esto, nos referimos a un esquema que nos ayude a estructurar nuestra búsqueda de la forma más rápida simple y eficaz. Llevarlo a la práctica con nuestros alumnos cambiará su forma de navegar por internet y facilitará las actividades digitales que tengan que desempeñar tanto fuera como dentro del aula.

  1. Marca tu objetivo ¿Qué es lo que estás buscando? Este momento es clave, tenemos que marcar un objetivo y unos límites. Si no lo hacemos nuestra aventura por internet puede alargarse más de lo necesario.
  2. Usa palabras clave. Evita frases y selecciona las palabras que pueden ofrecer resultados más específicos y adecuados. Por ejemplo, si estás buscando información sobre un hecho histórico, selecciona las palabras clave de tu búsqueda y evita y preposiciones, artículos y signos de puntuación.
  3. Usa términos específicos. La cantidad de información disponible en internet es inmensa y si las palabras que introduces en el buscador son muy genéricas, los resultados de nuestra búsqueda serán díficiles de manejar. Ejemplo: tecnología vs “tecnología educativa”, de este modo obtendremos resultados más específicos.
  4. Usa Google Autocomplete. Aprovecha las sugerencias que Google te ofrece cuando vayas a realizar una búsqueda. Es una excelente forma de encontrar busquedas similares o relacionadas.
  5. Selecciona resultados relevantes. Observa la descripción que aparece bajo el link. Es fundamental ser crítico y seleccionar los resultados que ofrezcan información de calidad. Evita sites que tiendan a recopilar información multidisciplinar y opta por los más especializados.
  6. Limita a 3 las visitas a sites, webs o blogs relacionados. Para mantener el foco en nuestro objetivo de búsqueda necesitamos ponernos ciertos límites, especialistas afirman que cuando accedemos a más de 3 links relacionados de forma linear, tenemos  más probabilidades de alejarnos de nuestra búsqueda inicial.
  7. Hazte fan de estos cinco signos tipográficos:
    1. Comillas (“): Excelente para buscar citaciones o frases enteras. El objeto de nuestra búsqueda deberá aparecer entrecomillado.
    2. Asterisco (*): Óptimo para busquedas relacionadas. Lo usaremos para obtener resultados relacionados con el objeto de nuestra busqueda, p.e. educación* y obtendremos (educación ambiental, educación pública, educación privada, educación tecnológica, etc.)
    3. Más (+): usado entre las palabras de nuestra búsqueda reducirá resultados garantizará que éstos sean más concisos, p.e. Educación+tic+eventos.
    4. Menos (-): Se utiliza entre las palabras sin espacios al igual que todos los otros y reduce los resultados de búsqueda.
    5. Ctrl+F: Esencial para buscar palabras clave en el contenido de páginas web o pdf.

¿TIC y educación? Los miedos del sistema educativo

Esta semana tuvo lugar un interesantísimo encuentro virtual organizado por los compañeros de HangoutON donde se debatieron diversos temas clave en relación al uso de las TIC y las redes sociales en el mundo educativo. Entre los participantes se encontraban expertos como Esteban Romero (@polisea), Jordi Adell (@jordi_a), Belén Rojas (@BelenaVeleta),  David Álvarez (@balhisay) y Linda Castañeda (@lindacq). En esta entrada se recogen algunas de las ideas más importantes que allí se debatieron.

El encuentro comenzó en torno a la definición de TIC. A diferencia de lo que podríamos llegar a pensar en un principio, las TIC son más que un grupo de “cacharros” o herramientas tecnológicas. Se tratan también de un conjunto de actitudes, valores y prácticas asociadas a esos utensilios. Unas herramientas que han supuesto un punto de inflexión en nuestra manera de comunicarnos, como lo fueron en su día la imprenta o las calzadas romanas, y que nos han llevado a presenciar tres grandes revoluciones: la supresión de barreras físicas en el intercambio de información, a ser nosotros lo que creemos y compartamos esa información gracias a la web 2.0 y finalmente la accesibilidad en cualquier lugar y momento del conocimiento con la expansión de los dispositivos móviles.

Pixelcreatures. Pixabay

Pixelcreatures. Pixabay

Pero, ¿está nuestro sistema educativo preparado para responder a esta gran revolución digital? Más allá de las barreras externas que puede suponer la falta de equipamiento tecnológico o de recursos en los centros educativos, el problema se encuentra en nuestros propios miedos internos. Miedo en el docente que siente perder su posición hegemónica si sus alumnos utilizan una herramienta que no domina con precisión, miedo al mostrar el trabajo con transparencia en redes sociales a padres y compañeros, miedo a adaptarse al cambio o, en definitiva, miedo a perder el control.

Así contado parece que la decisión de integrar las TIC en el aula depende exclusivamente del docente. Ni mucho menos. Las instituciones también tienen una gran responsabilidad en todo lo que ocurre en el sistema. ¿Qué sentido tiene aplicar métodos de enseñanza creativos y abiertos con TIC cuando el planteamiento de los exámenes (de selectividad, por ejemplo) son tan cerrados? ¿Para qué invertir en ordenadores, pizarras digitales y tabletas si no alfabetizamos y actualizamos a los profesores? ¿Para qué quiere Internet un profesor cuyo programa está en el libro?

Estas preguntas nos llevan a pensar que el problema es mucho más profundo: ¿Para qué estamos educando? Ha cambiado la sociedad y con ella también los objetivos de nuestros centros educativos. No ser competentes en TIC en un mundo cada vez más tecnológico terminará excluyéndonos de la sociedad. Lo que ocurre en la red es una fiel imagen de lo que pasa fuera de ella: compramos, nos comunicamos, nos entrenemos por Internet. En la educación, esto implica un cambio actitudinal en nuestra forma de aproximarnos a los contenidos, enseñar a ser críticos y responsables con esa tecnología y facilitar un entorno enriquecido en el que los alumnos sepan cómo y de dónde aprender. Implementar las TIC no consiste en hacer lo mismo con nuevas herramientas. Es precisamente el deber de las instituciones brindar los recursos a los centros y docentes para que puedan liderar sus propios proyectos y desarrollar competencias.

LoboStudioHamburg. Pixabay

LoboStudioHamburg. Pixabay

“¿Y yo? ¿Qué puedo hacer?” Una de las ventajas que nos ofrece precisamente las TIC es el poder hacer grandes cosas desde nuestro entorno más cercano. Aprovechar los recursos que tenemos a mano. Con un móvil o cámara de video podemos hacer que nuestros alumnos trabajen en equipo. Además, las redes sociales se han convertido en una excelente herramienta para extender nuestros entornos de aprendizaje más allá del aula y fomentar el diálogo y el pensamiento crítico. Educar en cómo utilizarlas para la consecución de objetivos didácticos es nuestro objetivo. Estas son algunas recomendaciones y usos prácticos que pueden ser de utilidad:

–         Seguir a gente o instituciones que puedan aportar algo a tu aprendizaje.

–         Relatar qué ocurre en el aula, cómo se está haciendo y reflexionar sobre nuestro aprendizaje a modo de autoevaluación.

–         Generar comunidades virtuales para que tus alumnos se conozcan mejor entre ellos y puedan sentirse en confianza en clase.

–         Atreverse a descubrir nuevas herramientas conjuntamente con los alumnos.

–         Tener invitados: emitir debates de clase por Internet y así abrir las paredes del aula a la participación de otras personas.

“Profe” ¿Tienes Facebook?

Es un hecho que existen diversas barreras que nos alejan de nuestros alumnos, así como tantos abordajes existen para reducirlas/eliminarlas. Algunos los llaman nativos digitales, otros Millenials y otros la Generación digital, pero no nos confundamos esto son tan sólo etiquetas, los hechos van mucho más allá. En definitiva, ¿qué es lo que nos hace tan diferentes?

En primer lugar, la relación que establecen con la tecnología. Y sí, podemos hablar de relación ya que la mayoría de las interacciones de nuestros alumnos se ve condicionada por la imagen que estos comparten en las redes. Fotografías en Instagram, tomadas en los intervalos de las clases, durante la clase o fuera de ella, estados de Facebook que reflejan generalmente como se sienten o como quieren que los otros crean que se sienten o son a cada momento o mensajes instantáneos en What’s App y similares, haciendo la función de mensajes en papel que en la antigüedad (en nuestra época claro, los profes somos unos carcas) rodaban por la clase de alumno en alumno, etc.

En segundo lugar, el uso instintivo tanto de dispositivos como de aplicaciones. Mientras que las generaciones previas se siguen peleando con apps, tabletas y teléfonos móviles entre otros, las nuevas generaciones se manejan como pez en el agua. Principalmente porque en la mayoría de los casos establecen contacto antes de tener uso de razón, mientras que nosotros hemos tenido que aprender cómo usarlas y entender para qué funcionan. No será la primera vez ni la última que nos quedamos asombrados al ver como un niño pequeño utiliza un móvil de última generación sin necesidad de echarle un vistazo al manual de instrucciones, o como instintivamente solucionan u ofrecen una alternativa para resolver algun dilema tecnológico. Para los Millenials, la tecnología  no sólo forma su ecosistema, sino que la necesidad de estar más al día que los demás surge naturalmente. Nos llevan ventaja, ellos lo saben y nosotros necesitamos acortar distancias.

Por ello, necesitamos estar ahí con ellos, convertirnos en usuarios y experimentar en nuestro entorno personal y profesional. Ir más allá de tener una cuenta en las diferentes aplicaciones y hacer de ellas una plataforma para empatizar con nuestros alumnos. Esta  participación por nuestra parte puede transformar la relación profesor-alumno tradicional y hacerla evoluir hacia una relación más próxima a la que existe entre colaboradores mudando también la forma en la que ellos abordan las materias que impartimos. Utilizar aplicativos innovadores o herramientas de las que ellos ya son usuarios a través de tareas 2.0., además de promover un mayor interés, contribuye al desarrollo de la competencia digital en un ambiente que conocen y en el que se sienten cómodos, en espacios en los que les gusta compartir sus intereses, lo que hacen, lo  que sienten o hacia lo que aspiran.

La controversia sobre la participación de profesores y alumnos en redes de carácter no educativo, no es nada nuevo. Algunos se oponen por cuestiones de privacidad (privacidad  utópica, ya que queda sujeta a los términos aceptados al hacernos usuarios de la red social qualquiera que sea) y otros porque no consideran que sea un entorno adecuado para promover el aprendizaje  (publicaciones/fotos que a veces no tienen relación con la actividad del grupo de trabajo, mensajes privados que el profesor no puede controlar, etc.) online3entrada

No se trata de quebrantar la privacidad de nadie, ni la propia ni la de nuestros alumnos pero si se pactan algunos límites para relacionarse y trabajar con las herramientas que ellos usan espontáneamente, además de continuar avanzando hacia un aprendizaje centrado en el alumno estaremos valorando el conocimiento que los alumnos tienen de estas herramientas y aumentando sus niveles de autoconfianza.

Y vosotros ¿Estaríais dispuestos a utilizar las redes sociales con fines educativos? ¿Cuáles serían vuestras propuestas? ¿Más ventajas que desventajas o viceversa?

6 razones para utilizar el móvil en tus clases de idiomas

“Saquen sus móviles, empezamos la clase”. Hoy en día, escuchar frases como esta en colegios o institutos parece casi una utopía. Desgraciadamente, son todavía muchos los centros que imponen normativas donde se muestran a los dispositivos electrónicos como dañinos para el aprendizaje. “No está permitido el uso de teléfonos móviles, cámaras fotográficas, grabadoras, MP3 y otros aparatos semejantes durante el período lectivo”. Incluso llegando a requisarlos hasta que la madre o el padre van a recogerlos. Pero, ¿debemos considerar a la tecnología como algo sancionable en sí misma? Si un alumno está copiando con su móvil, ¿es el acto de copiar o el de usar el teléfono para copiar lo que debemos censurar? Tal y como menciona María Loureiro: “No se trata de un problema tecnológico. Es un problema de conducta”.

En muchas ocasiones estas normativas tan restrictivas surgen para frenar casos de acoso en las redes sociales.  Otras, sin embargo, nacen del miedo que tienen todavía algunos profesores a utilizar la tecnología en sus clases.  Aquí os presentamos seis razones por las que deberías plantearte usar el móvil para enseñar idiomas:

  1. Tienes uno.  Será peor o mejor, más moderno o viejo, pero la mayoría de profesores disponemos de un móvil. El móvil es una tecnología cercana con la que nos sentimos quizás más seguros y cómodos que un ordenador. ¿Sabes cuántas actividades comunicativas puedes organizar con herramientas sencillas como la grabadora o la cámara de fotos? Conocer la herramienta es el primer paso para poder integrar estos recursos con éxito.
  2. Tus alumFoto de George Hodannos tienen uno.  Muchos de ellos incluso con Internet. ¿Por qué no decirles que lo traigan a la clase?  BYOD es la nueva tendencia si tu centro no dispone de financiación para comprar recursos tecnológicos. Además, es una herramienta potentísima que utilizan diariamente para comunicarse con sus amigos.
  3. Es móvil. Repetimos ¡es móvil! ¿Por qué utilizarlo solo en clase? Tus alumnos pueden desplazarse donde se encuentren más cómodos para realizar una determinada tarea. Además, pesan poco y salvo por algunas limitaciones técnicas (tamaño de la pantalla, memoria, etc.) ofrecen un gran número de funcionalidades para practicar todas las destrezas interactuando fuera del aula con sus compañeros o con otras personas.
  4. Permite el trabajo colaborativo. Los móviles pueden ser utilizados para completar tareas en las que los alumnos tengan que trabajar en equipo. Cada vez son más las páginas web y herramientas 2.0 que están adaptadas para su uso en dispositivos móviles: Facebook, Twitter, Google Drive, Dropbox, Youtube, Blogger, Skype, etc.
  5. Aumenta la motivación. Nos guste o no, el móvil se ha convertido en una extremidad más de nuestro cuerpo. Más allá del “efecto wuau” que podamos causar con una herramienta, los alumnos tienden a implicarse más en tareas innovadoras con recursos cercanos a ellos. Además, la posibilidad de compartir sus experiencias de aprendizaje (en un blog de clase por ejemplo) con otras personas pertenecientes a su red social le concede un gran valor motivacional.
  6. Desarrollamos la competencia digital.  Con un uso responsable del móvil contribuiremos al desarrollo de una competencia digital apropiada acorde a los estándares y recomendaciones del Consejo de Europa. Es decir, reforzaremos aquella competencia necesaria para un “uso seguro y crítico de la tecnología en la sociedad de la información para el trabajo, el ocio y la comunicación”.

Como podemos observar, el aprendizaje y la enseñanza con tecnologías móviles están comenzando a abrirse camino en el mundo educativo. No obstante, todavía se requieren nuevos estudios para definir con más claridad este nuevo modelo educacional: ¿Cómo podemos obtener el máximo rendimiento de nuestros dispositivos? ¿Qué podemos hacer para generar motivación entre nuestros alumnos e involucrarlos en su proceso de aprendizaje? ¿Cómo utilizar los dispositivos móviles para conseguir nuestros objetivos didácticos? ¿Son los dispositivos móviles una moda o se pueden utilizar para conseguir un aprendizaje significativo?