Quizás uno de los retos más importantes que he tenido este año como profesor de ELE en el departamento de español de la Universidad de Jean-Jaurès ha sido el de dar clase a estudiantes ciegos o con deficiencias visuales. Sin duda alguna, no somos conscientes de las barreras que contiene un manual tradicional ni de los cambios necesarios que debemos realizar en la planificación de nuestras sesiones hasta que no nos encontramos a un estudiante con este perfil en nuestras clases. Son muchas las preguntas que a día de hoy me planteo: ¿qué materiales utilizar? ¿Cómo integrar a este tipo de estudiantes con el resto de compañeros? ¿Qué necesidades específicas tienen en una clase de lenguas extranjeras? A continuación os presento los dos casos que tuve:
- Estudiante con deficiencia visual en curso de comprensión oral
Estudiante de 1º de LEA (Langues Étrangères Appliquées) en un curso de comprensión oral. La asignatura consistía en la visualización de un episodio de la famosa serie española “Siete Vidas” dividida en secuencias. Cada secuencia disponía de un test con diversas preguntas de comprensión que los alumnos contestaban en casa y que luego corregíamos en el aula.
¿Cómo analizar un material audiovisual si poder verlo? ¿Cómo leer y responder las preguntas del cuestionario colgado en la plataforma universitaria? En este caso las TIC tuvieron un papel fundamental para que el alumno pudiera seguir con cierta normalidad este curso. El propio estudiante venía equipado con un pequeño dispositivo con entrada USB donde tenía guardados todos los test y las transcripciones de las secuencias que analizábamos en clase. Este aparato transformaba en braile todo el material escrito lo que le permitía llevar a cabo todas las tareas.
- Estudiante ciego en curso de B1
En la universidad se ofrecen cursos generales de español para especialistas de otras disciplinas y que se engloban en lo que en Francia se denomina LANSAD. Por lo general, en estos cursos seguimos los manuales de “Aula internacional” de la editorial de Difusión.
Tras hablar con el estudiante, me puse en contacto con el servicio de traducción en braile de la universidad. Estos me pidieron que les enviase todo el material que iba a utilizar en el semestre. Sin embargo, cuando recibieron todos los recursos me respondieron que era imposible traducirlo ya que el material contenía demasiadas imágenes y tablas. Además, el software que utilizaban no reconocía documentos escaneados y solo podía traducir archivos en formato doc. La propia editorial tampoco pudo ofrecerme material adaptado a estudiantes con discapacidades visuales.
A diferencia del primer caso, las características del curso y la falta de materiales en braile impidieron que este alumno pudiera seguir como el resto de compañeros la asignatura. Un curso, por otro lado, bastante cargado de contenidos que debemos ver en un tiempo muy limitado y que hace que el ritmo sea a veces frenético. Aquí os dejo algunas de las preguntas que se me platearon en ese momento:
- ¿Cómo trabajar con un estudiante ciego la expresión escrita y la comprensión lectora?
- ¿Qué hacer con el material que se presenta en la pizarra o los ejercicios basados en imágenes?
- ¿Cómo evaluar a estudiantes ciegos si no tienen acceso al mismo material que el resto de alumnos?
Ana Villoslada (2011) defiende en su memoria sobre ELE a estudiantes con deficiencia visual o ceguera la necesidad de adoptar estrategias metodológicas y actividades donde la visión no sea el único canal de percepción que participe en el aula. Villoslada aboga por emplear los principios de la didáctica multisensorial unida a las diferentes inteligencias donde participen otros sentidos como el auditivo y del tacto para enseñar contenidos. Entre sus propuestas está la creación de plataformas en línea para que el alumno ciego realice actividades de comprensión lectora y expresión escrita o la sustitución de imágenes por input auditivo. Ella misma propone un modelo de secuenciación adaptado para alumnos de A1 del DELE.
Una herramienta con un gran potencial para transformar en palabras las imágenes y textos del libro puede ser la aplicación “Be My Eyes”. Este recurso es una red social que conecta a voluntarios con personas invidentes que necesitan ayuda puntual como ver la fecha de caducidad de un alimento o leer un cartel. El voluntario recibe un mensaje o una videollamada que le permite establecer contacto con la persona ciega. Una aplicación muy útil que ya ayuda a miles de personas.
A nivel educativo, esta herramienta tiene muchas posibilidades. Por ejemplo, se podría utilizar en casa para que un voluntario nativo pueda leer una actividad o un fragmento de texto en español o si el estudiante en cuestión todavía no sabe leer braile. También podría servir para escoger imágenes desde el ordenador para una presentación de clase o preparar una actividad en la que aparecen fotografías. ¿Qué otras ideas se os ocurren? ¿Habéis trabajado con alumnos ciegos? ¿Qué recursos utilizasteis?